
El fútbol mundial en decadencia.
La pandemia está causando estragos en el fútbol mundial, la disminución considerable de ingresos económicos, la corrupción agobiante de su estructura dinamita y tambalea toda concepción de calidad y excelencia que el deporte rey nos acostumbró de antaño.
El fútbol es un negocio y un trabajo para los protagonistas, para nosotros es una simple pasión, fanatismo, y coctel de alegrías y penas..,más lo último, para el deporte paraguayo, por su paupérrima imágen.
El problema es la falta de un plan B, C. para apaliar esta crisis, el fútbol estuvo acostumbrado a nadar en dinero literalmente, en la práctica o estrategia del DT y directivos, no hubo, ni hay aún estrategia para salir a combatir esta problemática que somete a la afición toda.
El fútbol paraguayo al abismo.
Antes de la pandemia el fútbol paraguayo estuvo parado al borde del abismo, con su corrupción, mafia, amaños y matufias, con el virus, el fútbol paraguayo parado en la cornisa, dio un paso al frente y cae en picada.
Estos síntomas ya eran notorios desde varias décadas en el fútbol paraguayo, sólo que estaban maquillados por el caudal de dinero que movía, y lo que hizo la situación actual fue mostrar su cara visible de la impotencia humana de sostener una “crónica de una muerte anunciada”
Capitalizar los aprendizajes, y volver a armar con piezas nuevas.
Es el momento justo para dar las gracias a nuestros actuales ídolos y darle tiempo para disfrutar lo cosechado en toda su exitosa carrera, lejos del campo de fútbol y abrir los brazos a los jóvenes sedientos de gloria y éxitos, que lo hay y en abundancia.
Es momento de parar la vieja y desilachada pelota, bajarla al piso, y mirar a los goleadores, previa estrategia y técnicas para fundir al rival llamado covid.
¿Cómo lavar nuestra cara al fútbol internacional?
Nuestros dos clubes insignias recibieron 10 goles en dos partidos: Cerro Porteño 4 y Olimpia 6, con un fútbol mediocre y parafraseando al doctor Filartiga: “ignorante, enfermo y en el fútbol, ahora, pobre”
Es hora de dejar los pantalones cortos en la cancha y ponernos los pantalones largos.
Es hora de dejar inútiles rencillas de poder, egoísmos y mezquindades.
Estos 10 goles con que nos llenaron la canasta sea el agua fría que nos despierte de una vez y aprovechando esta crisis mandemos todo al carajo, y de una vez refundamos una nueva concepción del deporte lejos de la corrupción y mafia que carcome sus desgastadas estructuras.

